lunes, 6 de marzo de 2017

Si sufrimos es porque no comprendemos la relación entre los objetos que percibimos y la mente.





Viento.
Crujen sutilmente las ventanas de madera.
Las puertas cerradas dan pequeños golpecitos.
El aire atraviesa los resquicios de los balcones y pasea libremente por la casa.

Le gusta que las ventanas no cierren herméticamente y que el interior de la casa se airee imperceptible, permanentemente, día y noche; el clima mediterráneo lo permite.

Sopla el viento fuera, cruje la madera dentro.
Y suenan los goznes de la puerta al ser empujada por una fuerza invisible.

Marzo y el Buda de la Medicina en el calendario.
El buda azul con el néctar que todo lo cura en sus manos.
El néctar que purifica la mente y hace caer la venda de los ojos.
Y puedes ver al fin.
Y comprender.





"Quien muera sintiendo compasión renacerá en una Tierra Pura.
Gueshe Chekawa quería renacer en los infiernos para ayudar a los seres sufrientes pero en el momento de morir comprendió que ya no podía proyectar infiernos.
La compasión le había purificado la mente y para él los objetos impuros como los infiernos habían dejado de existir.
Si sufrimos es porque no comprendemos la relación entre los objetos que percibimos y la mente."




Cerró el libro y volvió a contemplar los sonidos del silencio.
Y la noche oscura al otro lado de la ventana.
La iglesia del Tibidabo iluminada y a sus pies la noria de colores.
Como una ilustración de nirvana y samsara, la misma hipnosis.
Luces como luciérnagas salpicando la falda invisible de la montaña.





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